Recuerdo un tiempo en el que no necesitaba
el aire para vivir porque me bastaba tu boca para respirar. Ese tiempo
en el que vos me servías de guía, tus manos de casa, tu cuerpo,
mi equilibrio.
Tus suspiros eran cosquillas y tus
palabras
círculos, que me envolvían y acariciaban jugando con mis rulos. Me
hamacaba en tu sonrisa, me peinaba en tus ojos, me relamía en tus
labios. Derrochábamos sonrisas y caricias sin pensar que un día se
acabarían.
Un tiempo de felicidad, en el que descubrías pecas en
mis cachetes y yo en la tuya cicatrices, el sabor de las lágrimas era dulzón y
no dolía derramarlas. Siempre estabas ahí para hacerlas desaparecer.
Recuerdo un tiempo en que te amé.
En papel: Viernes 25/02/2013
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