El miércoles mientras hacia el bolso para techo encontré esto que le había escrito a L el 1 de marzo de este año:
Si tuviese que describir a Lucas con una sola palabra sería FUERTE. Fuerte de cáracter y espíritu. De fuerza y actitud.
Si tuviese que describirlo a Lucas con un color seria AZUL, prófundo y amplio de pensamiento y sentimiento. Grande, libre.
Si tuviese que describir a Lucas con un objeto sería el SOL porque brilla, porque tiene fuerza, porque está lleno de una genuinidad y vitalidad que deslumbra.
Si tuviese que describir a Lucas con una cualidad sería PACIENTE, conmigo, siempre, muy y mucho.
Si tuviese que resumirnos en un recuerdo no podría, pero podría mencionarte el beso en el tren, nuestra primera cena, la mañana cuando me dijo te amo y esa tardecita en la playa de Mardel.
Y si me preguntas con qué lo asocio, te diría que con cosas vivas, con la música, con movimiento. Lo asocio con la calma y la paciencia. Con el amor. Lo asocio con el saber y el querer seguir conociendo, con el interpretar. Lo asocio con mi felicidad, lo hago responsable.
Y ahora hay tantas cosas que no entiendo. Tantas preguntas tengo encima. Desgraciadamente, también tantas certezas. Y tantas ganas de que todo vuelva a ser como antes y de que esté acostado sobre mí panza mientras yo escribo esto. Y la esperanza, chiquita e imperceptible, de que el viento traiga lo que el tiempo se llevó.
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