Domingo de mierda, remate de una semana colmada de imágenes de niños felices y padres amorosos en gigantografías por toda la ciudad. De una semana donde no hago más que reprocharme culpas que no son mías, de hacerme cargo (para variar) de problemas familiares que no tienen raíz en mí.
Quisiera poder sacarme esta mochila del orto. Sacarme estas culpas. Sacarme todos los recuerdos feos de encima y de ahogar mi paciencia para dejar de esperar cosas que no son y que ya sé que jamás serán.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario