Escribí y borré esta entrada como cuatro veces. Primero escribí sobre más fantasmas. Sobre gente que lleva y trae cosas que realmente no me interesan escuchar. Intenté cambiarlo, pero todas las palabras me llevaban a eso, ligadas al miedo de perder de nuevo, a las ganas de correr y treparme en el árbol más alto dónde nadie pueda lastimarme.
Y después aparece con toda esa seguridad que no sé cómo le sale y así, de a ratos confundida y aturdida, confío. Confío, creo y apuesto.
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